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ADVERTENCIA - Para una correcta interpretación de las fichas leer por favor esta página en su totalidad.
INTRODUCCIÓN
Esta selección de fichas hace referencia a un centenar de géneros (prácticamente todos los cactus cultivados) y quiere ser una guía eminentemente práctica para aquellas personas que, interesadas en el cultivo de las suculentas, desean conocer las necesidades de cada género respecto a suelo, exposición, temperatura, agua. También se podrá informar sobre necesidades particulares, los parásitos, la multiplicación, etc. Cada ficha está ordenada alfabéticamente y hace una breve descripción del género, informa sobre los lugares de origen y finaliza con la enumeración de las principales especies. Hay también algunas escuetas notas específicas, cuando la especie constituye una excepción.
La guía termina con un “índice de nombres alternativos”, que sirve de ayuda a quienes deseen encontrar plantas conocidas con un nombre distinto. Esto es resultado de la confusión que reina en la taxonomía. Existen, en efecto, plantas distintas que tienen el mismo nombre, y nombres diferentes para la misma planta. A veces se ha mantenido la vieja denominación, son los casos en que la planta es conocida todavía de ese modo y presentada así en los catálogos. Sin embargo, no faltan las referencias necesarias a nuevas clasificaciones.
Hay que advertir que la guía debe ser utilizada racionalmente, es decir: no es ni un axioma, ni un dogma, sino un medio entre tantos, a través del cual es posible alcanzar resultados positivos. En este campo, la verdad revelada no existe, sin contar que las condiciones climáticas del lugar pueden influenciar las modalidades de cultivo. Por esta razón, se han preferido indicaciones con validez general. No olvidamos tampoco que muchas plantas son bastante tolerantes, y que es posible alejarse de las mejores condiciones, sin que esto suponga necesariamente problemas serios para ellas. No hay que sorprenderse de que algunos autores tengan ideas diferentes al resto, respecto a cultivo, porque son fruto de experiencias personales, de lecturas y de condiciones climáticas distintas.
IMPORTANTE – TÉRMINOS USADOS EN LAS FICHAS
Por fórmula base se entiende un sustrato formado por 50 % de tierra negra, 20% de arena gruesa no calcárea (de 2 a 5 mm.), 20 % de piedra volcánica (de 2 a 5 mm.) y 10% de compost de hojas maduro (mejor si son de haya). La fórmula mineral usa los mismos componentes, pero los porcentajes son, respectivamente, de 30%, 30%, 30% y 10%. La fórmula fértil está compuesta por compost de hojas en un 30%, turba 30%, arena 20% y piedra volcánica 20%, pH 6. Tanto la fórmula base como la mineral, deberán tener un pH neutro, salvo algunas excepciones indicadas en las respectivas fichas, en las que agregando piedra calcárea se podrá lograr un pH ligeramente alcalino.
Se advierte que todo esto es sólo un ejemplo. Es éste un tema muy debatido, y por supuesto cada cultivador tiene sus propias ideas.
 -El riego comienza, con precaución, al inicio de la primavera, dejando secar la tierra durante algunas semanas antes de volver a regar. Después hay que aumentar gradualmente tanto la cantidad como la frecuencia hasta el comienzo del verano. Si se riega en exceso al inicio de la estación, muchos cactus reaccionan con una antiestética rotura longitudinal de la epidermis, tal como se ve en la foto de al lado.
-Durante los meses de mucho calor, a menudo las cactáceas bloquean la actividad o la enlentecen, por lo cual se debe reducir la cantidad de agua. Regar mucho hacia finales del verano puede resultar peligroso. Se recomienda, en cambio, rociar y refrescar al atardecer.
-En otoño, muchas especies retoman el crecimiento, y en estos casos se les puede aportar un buen riego.
-Durante los meses invernales no hay que regar; sólo dar alguna rociada o un riego muy leve en los casos en los que se advierta un principio de marchitamiento.
-Hay que evitar que el agua quede estancada debajo de la maceta; todo lo contrario, se debe dejar que escurra velozmente.
Muchos preguntan cada cuántos días hay que regar. No es fácil responder, dado que son muchas las variables en juego. De hecho, una maceta pequeña de terracota, seca antes que una ancha, profunda o de plástico. Un sustrato con mucha sustancia orgánica, seca de modo más lento que otro preponderantemente mineral. Una temperatura alta y una elevada circulación del aire son elementos que contribuyen a secar el suelo con mayor rapidez. Este es el motivo por el que, antes que decir cada cuántos días hay que regar, es preferible indicar cuánto tiempo debe transcurrir entre el momento en el que el sustrato se seca completamente y la próxima administración de agua.
Hay que considerar también que las plantas de hojas suculentas, con cáudex o raíz tuberosa, requieren en general menos agua, mientras que los brotes deben tenerse constantemente húmedos durante algunos meses.
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